Recuerdos de mi infancia

No eran muchas las ocasiones en las que mi padre fuera portada o apareciera en el periódico, pero cuando esto pasaba era un evento en casa. Aún recuerdo volver corriendo del quiosco de la esquina con el periódico en la mano gritando por la calle, llegar a casa y verlo todos en familia.



Un jugador de equipo

No era el jugador más destacado ni el que acaparaba titulares, pero su dedicación en cada juego era indiscutible. Mi padre era un guerrero silencioso, dispuesto a darlo todo por el equipo, aunque los aplausos no fueran para él. Su esfuerzo y compromiso hablaban por sí mismos.



Su única entrevista

Mi padre fue uno de esos jugadores que aportan mucho al equipo, pero que por desgracia no pasan al recuerdo. Por suerte he encontrado una de las pocas entrevistas que le hicieron.  Siempre confió en su equipo y en lo que podían hacer, lo deja claro en el titular.



Un crack en la sombra

Mi padre era un hombre de valores firmes. Nunca buscó el reconocimiento ni las luces, su mayor satisfacción era ver a su equipo ganar, ya fuera desde el banquillo, en la grada o en el campo. La humildad era su escudo y su guía, siempre prefiriendo ayudar en silencio y sin esperar nada a cambio.